En el matrimonio podrás cumplir tu vocación de amar y servir a tu pareja mientras te realizas en otros ámbitos de la vida y dejas que también se realice tu pareja. Algo maravilloso. Pero también esta unión sacramental reserva un espacio donde el amor entre los dos cónyuges podría abrirse al misterio y milagro de la concepción, donde Dios deja su impronta entregando un alma a la nueva vida. Por todo esto, el matrimonio será lo más importante de tu vida.
Está en tus manos y en las de tu pareja que tu matrimonio, entre otras cosas, sea un lugar de unión, sinceridad, ayuda, pero sobre todo un desafío para hacer transcender los dones que Dios te dio y tu vocación de ser «una sola carne» con tu pareja. De ahí se iniciará una vida familiar nueva que debe estar formada por personas buenas, llenas de alegría que se aman entre ellos y que son capaces de amar a los demás.
Hijos, ¿cuántos?
Anticoncepción y sus efectos
Para un católico no es suficiente rezar. Además de eso tenemos que vivir de una manera con la que los demás reconozcan a Dios en nuestro rostro.
La Iglesia no adoctrina a los matrimonios para que eduquen a sus hijos de una determinada manera pero sí que advierte que los cristianos tenemos una sola visión de lo que es la familia, y deberemos de llevarla a cabo en el momento que se deban de tomar decisiones importantes que afecten a la educación cristiana de los hijos para hacer efectivo el llamado que tenemos: ser testigos de Cristo.
Cómo educar a los hijos
La Iglesia y la Paternidad responsable
Papa Francisco, «Amoris Laetitia» (pt.222)